jueves, 14 de junio de 2007

Lluvia


¿Qué lindo es un día lluvia?, es más, de hecho es muy agradable salir a caminar bajo la lluvia. Cuando las gotas golpean en tu cara, mientras que con cada paso que das, produces una tormenta en el suelo y para los habitantes de este. Mojarse el pelo mientras avanzas por tu senda y observar el paisaje que te rodea, es algo que agradaría a cualquiera, con las variadas tonalidades de verdes que puedes ver en el pasto o el café de hojas de los árboles o mejor dicho en las pocas ya que quedan.

Pero la lluvia es magnifica y muchos de nosotros la estábamos pidiendo a gritos y por varias razones, aunque también hay otros que no quería que ni se asomara y que San Isidro se olvidara de Santiago por algún tiempo.

Aunque el tan ansiado mal tiempo sé dejó caer con todo, partió con algunas gotas que no asustaban ni a las hormigas, para luego dar paso al viento, que no fue una agradable brisa primaveral u otoñal, fue una verdadera ventolera, donde los ramas se movían en todas las direcciones y las hojas recorrían grandes distancias, gracias a la complicidad del viento.

Luego de haber pasado la ventisca vino la calma para dar paso a la lluvia. Que se dejó caer sin piedad como un enjambre de abejas sobre la miel esparcida.

Sin embrago la llamada lluvia salvadora que nos liberará de los malditos pecados de la contaminación, se dejó caer con toda su furia y nos mostró su lado cruel. El caminar bajo ésta ya no era lindo, no era purificador, aunque el aire que hemos respirado estos días de agua nos ha dejado una sensación pureza, el problema es que ahora viene lo malo. Después de la lluvia aparece el sol de invierno y con este el Frío.

El implacable frío donde nuestras ideas se congelan y nuestros mocos caen. El problema va hacer cuando el frío fin de semana que se aproxima nos deje con la punta de los dedos congelados, que incluso tomar agua se converta en un suplicio y respirar profundamente nos congelará hasta el cerebro y nos dara esa placentera puntada en la frente al tomar un rico helado una tarde de invierno.

Ahora sólo queda hacer un par de cosas, abrigarse bastante y que no les destapen los pies en estas frías noches que se aproximan o pasaran un invierno de terror, esperando el hermoso día en que una golondrina pase volando y enuncie la llegada de la próxima estación… la Primera.